Es cierto, la vida puede ser maravillosa.

Iba a actualizar con una foto de moronail que me ha hecho mucha gracia, pero la dejaré para otro dia. Esta noche, queridos lectores intentaré, como siempre, ver el otro lado, rasgar el velo, o como lo querais llamar.

Como muchos sabreis, ha fallecido, de momento por causas desconocidas, Andrés Montes. A mi que la gente que no conozco vaya palmando me suele importar bastante poco. Todos acabamos tarde o temprano en la caja. Pero siempre me ha hecho gracia observar las reacciones de la gente cuando algún personajillo famoso la diña.

Con él comentando, y a diferencia de la mayoria de sus colegas, no podías sentirte indiferente. Su capacidad exclamativa era un filón, que rima con "¡Jugón!", una de sus favoritas. Su capacidad de atribuir motes hilarantes y absurdos a partes iguales rivalizaba con la de los mejores matones de instituto. "Tiburón" Puyol, "Moto GP" Alves, "Sweet Iniesta". Han quedado grabados en la memoria de los aficionados al fútbol, aunque fuera en retransmisiones a horas imposibles de la madrugada de la NBA donde hizo la mayor parte de su labor. Sus coletillas, igualmente conocidísimas, han sido repetidas hasta la saciedad por todos nosotros, fenómeno del que no hay precedentes desde El Más Grande. La mejor de todas, la que encabeza el post. La vida puede ser maravillosa. Y tanto que puede serlo, porque este tio te arrancaba si o si una sonrisa traicionera, incluso cuando podías sentir vergüenza ajena de sus narraciones.

Ahora, lo que me parece una mierda, ya os lo digo, son los hipócritas que ahora te dicen que era "el puto amo" sólo porque ha muerto. Esos que tanto le criticaron cuando vivía, esos que se hartaban de decir lo insoportable que era escucharle. Estoy de acuerdo no es para poner a echar pestes encima del muerto pero, ¿Es tan difícil dar las condolencias a sus allegados sin ser un hipócrita? Si el tio te caía como el puto culo, un D.E.P. y un "siento tu pérdida" te hacen quedar como un señor. No hace falta más que mostrar respeto sin caer en demagogia absurda. A veces sólo es necesario callar si no se tiene nada que decir, cosa que es tan mala como la pintan.